Hace unos días que no publico ningún post, he andado liada, preparando unos nuevos productos de Pasión&Carácter. Pero me encanta volver, hablándoos del tema de hoy… LAS COLLEJAS, se comen en mi casa desde que tengo uso de razón.

Recuerdo a mi abuela a mis padres y a mi, ir a cogerlas cuando salíamos a dar paseos por el monte. Cuando se encuentran rodales o corros de ellas, la sensación recuerda a cuando se encentran setas u hongos, vamos, un gustazo.

Como siempre, os contare algo de su origen, historia y curiosidades. La collejas, son una planta silvestre comestible (Silene Vulgaris), perenne de la familia de las cariofiláceas. Florece y se recolecta en primavera y verano. Su origen es euroasiático, aunque esta extendida también en el Norte y Centro de África, y en América del Norte. El clima Mediterráneo favorece su crecimiento, por lo que esta presente en toda la cuenca del Mediterráneo ( Turquía, Francia, Austria, Italia).

Crece en terrenos no trabajados, en bordes de caminos, al pie de los olivos y en forma de corros. Si no se arranca la raíz, vuelven a brotar. El tiempo de crecimiento es de 15 días mínimo. Cuanto menos sol les de, mas tiernas y sabrosas serán. Es importante recoger las hojas jóvenes, ya que son tiernas, con un toque dulzón y de textura muy fina.

Beneficios de las collejas para nuestra salud:

  • Tiene propiedades anticancerígenas y antioxidantes, por su contenido en Flavonoides y en ácidos grasos omega-3.
  • Es cardiosaludable.
  • Aumenta el apetito y facilita la digestión.
  • Son muy buenas para depurar la sangre.

En mi casa, se come de muchas maneras, desde fritas con ajos, cocidas con aceite de oliva, en tortilla, con huevo revuelto. Mi abuela lo sustituía por las espinacas en El potaje de Vigilia que nos hacia por lo menos una vez por semana, ella guardaba vigilia todo el año los viernes.

Pero mi mami, hace un plato con ellas, que a mi padre y a mi nos chifla, “ GACHAS DE MI MADRE”, en el próximo post, os daré la receta, que es para chuparse los dedos.

SED FELICES!

Paola T.